Las campañas presidenciales estadounidenses se enfocan hoy hacia los estados sureños en la continuación de la competencia nacional por las papeletas que abrirán las puertas de la Casa Blanca.
Aspirantes presidenciales reciben respaldo de gobernadores
Los republicanos intentan concentrarse en Florida, donde el partido gubernamental realizará las próximas elecciones (el 29 de enero), pero llegará luego de dos abdicaciones importantes: Fred Thompson y Duncan Hunter.
Ambos líderes conservadores finalmente abandonaron sus aspiraciones a jefes de Estado por la falta de apoyo popular, traducido en carestía de votos y desánimo de los patrocinadores financieros luego de media docena de comicios primarios.
Por los correligionarios del presidente George W. Bush, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani es quien más apuesta por un triunfo en el departamento meridional, donde residen muchos ciudadanos jubilados nacidos en la Gran Manzana.
Hasta el momento, a Giuliani no le ha ido bien en el desarrollo de las primarias y marcha en último lugar de la tabla de posiciones sin éxito en los estados donde compitió y un irrisorio acumulado de dos delegados para la Convención de septiembre.
Un recuento del diario The Washington Post precisa que el ex gobernador Mitt Romney (59 delegados) lidera el cómputo del partido rojo después de sus claras victorias en Wyoming, Michigan y Nevada. Le siguen Mike Huckabee y John McCain.
También los postulantes demócratas parecen conocer la importancia de la conquista electoral de Carolina del Sur, donde el voto afronorteamericano y de la derecha cristiana conservadora adicionan un matiz nuevo al concurso por la rama ejecutiva.
Un detalle es que los opositores políticos de Bush desembarcarán en las primarias del sábado 26 de enero sin un favorito evidente para las urnas y un halo de ácidas controversias entre la senadora Hillary Clinton y el legislador Barack Obama.
El último debate entre Clinton y Obama evidenció un alto nivel de rencor entre ambos líderes, quienes se atacaron mutuamente en el punto de la credibilidad y desataron una sucesión de recriminaciones, reseñó el diario Los Angeles Times.
Los pretendientes presidenciales cuestionaron la honestidad y aptitud ejecutiva del rival, y convirtieron el intercambio televisado el pasado lunes en un foro de confrontación en tono sucio, apuntó el periódico.
El sábado anterior, el senador McCain, el ex mandatario de Massachusetts Romney y la congresista Clinton fueron los vencedores de las elecciones primarias estatales en el occidente y sur del país.
McCain derrotó al antiguo gobernador de Arkansas Mike Huckabee en las consultas republicanas de Carolina del Sur. Mientras, la ex primera dama ganaba las asambleas partidarias de Nevada, con 51 por ciento de los sufragios.
En ese mismo departamento, pero en los caucus republicanos, se llevó la primacía el devoto de la fe mormona Romney, quien terminó con casi 20 mil votos de ventaja sobre su más cercano rival, Ron Paul.
Las últimas encuestas indican que la simpatía de los afroestadounidenses del sur por algún precandidato demócrata está dividida entre el senador Obama y la ex primera dama Clinton.
Según el semanario People’s Voice African-American Weekly News, la mayoría de los afroamericanos residentes en esa región están indecisos en cuanto a apoyar a la congresista neoyorquina o al legislador de Illinois.
Aunque sondeos auguran un respaldo general hacia Obama, la principal organización política negra del estado, la Conferencia Democrática de Alabama, ya anunció que se inscribía en la campaña de Clinton.
Por toda la zona sur de Estados Unidos hay una competición feroz entre postulantes presidenciales para atraer el importante voto de la minoría racial, que constituye alrededor de un 20 por ciento del electorado.
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