Entre sorpresas, festejos y decepciones, lo propio de estas lides, la Copa América de Fútbol cumple hoy su primera semana de competencia y las ecuaciones clasificatorias comienzan a resultar más despejables.
Argentina y Paraguay saldrán este lunes a remachar ante Colombia y Estados Unidos, respectivamente, sus clasificaciones a los cuartos de final del torneo continental por el grupo eliminatorio B que tiene por escenarios las ciudades venezolanas de Maracaibo, Barquisimeto y Barinas.
Rioplatenses y guaraníes golearon en sus presentaciones a norteños y cafeteros y de triunfar en la segunda fecha garantizarían su presencia en la segunda fase, a la cual ya avanzó México tras su victoria (2-1) ante Ecuador, que está punto de hacer las maletas en la llave B.
Ese grupo jugó el domingo en el estadio Monumental, de Maturín, y saldó los dos compromisos con el segundo triunfo mexicano y el primero de Brasil, selección que respira más tranquila luego de la lección de fútbol impartida por su astro Robinho.
El atacante del Real Madrid español tapó la boca a quienes desde tan temprano cuestionan su desempeño en la edición 42 de la Copa, sin mirar que el crack debutó en Venezuela apenas 10 días después que los merengues conquistarán su trigésimo título en al Liga de las Estrellas.
Además de quitar presión a la escuadra dirigida por Dunga con su penal del primer parcial Robson de Souza se inventó dos goles de fantasía en el tramo final del partido, cuando afloró la casta del jugador desequilibrante que es.
En el otro partido dominical México logró esquivar el obstáculo de un rival rocoso como es Ecuador y con lamparazos al contragolpe cegó la resistencia de los de la mitad del mundo.
Una selección como la de Ecuador, que tan gratos recuerdos dejara al avanzar a segunda ronda del Mundial de Alemania-2006, adoleció de falta de definición para hacerle justicia a su juego en profundidad y de notable lozanía física.
Las posibilidades clasificatorias de la escuadra entrenada por el colombiano Luis Fernando Suárez sólo cuentan con el respaldo de las matemáticas y a estas alturas ese apoyo suele resultar insuficiente para inclinar a su favor una balanza que se les ha negado sobre el césped.
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