El primer vicepresidente cubano, Raúl Castro, dijo que Frank País es paradigma de la estirpe indoblegable de la juventud y resaltó el ejemplo de quien fuera hasta su asesinato jefe nacional de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio.
Al resumir la víspera el acto central por el Día de los Mártires de la Revolución cubana, agregó que la revolución se sustenta en el sacrificio supremo de una generación tras otra, de hombres y mujeres de todas las edades.
Tras encender la llama eterna que arderá en el cementerio Santa Ifigenia, recordó que el compromiso perenne con los muertos heroicos se ratifica cada año en dos momentos culminantes: el 7 de diciembre por la caída en combate del prócer independentista Antonio Maceo y el 30 de julio, cuando hace medio siglo cayó Frank País, víctima de los sicarios de la tiranía.
Nuestro pueblo ha unido para siempre en la historia patria al veterano de tres guerras de independencia con más de 830 acciones combativas y 27 cicatrices en su cuerpo a ese joven revolucionario cuya muerte hizo expresar a Fidel la ya conocida frase "que monstruos, no saben la inteligencia, el carácter, la integridad, que han asesinado".
Puntualizó que Antonio Maceo y Frank País constituyen símbolos de la decisión de un pueblo de darlo todo por el bien de la patria, por nuestra única e indivisible lucha, primero para hacerla libre, digna y justa y después por garantizar que lo sea siempre.
Asombra que un joven de apenas 22 años haya sido capaz de organizar y dirigir las acciones del 30 de noviembre en apoyo al arribo del yate Granma a las costas cubanas, donde los combatientes revolucionarios, vistiendo por primera vez el uniforme verde olivo, paralizaron prácticamente a Santiago de Cuba, manifestó.
Recordó que, después del desembarco, la incansable y sumamente peligrosa labor de Frank País y Celia Sánchez, gracias al firme apoyo de valientes y abnegados orientales, resultó decisiva para la recuperación del pequeño contingente rebelde.
Asimismo, prosiguió, para el posterior refuerzo de ese contingente con un importante número de combatientes y armas del movimiento clandestino que, a la vez, incrementó su accionar en llanos y ciudades.
Raúl Castro dijo que, un día como hoy, en 1957, la tiranía hizo realidad su obsesivo empeño de dar muerte a Frank con la absurda idea de que ello significaría el fin a una batalla, la cual había hecho suya un pueblo entero.
Evocó el impresionante entierro que le dio Santiago de Cuba al punto de aterrorizar a sus asesinos quienes optaron por ocultarse en sus cuarteles.
Encendemos esta llama en homenaje al aniversario 50 de la caída de Frank y en honor a los que como él integran la infinita galería de nuestros héroes y mártires y también arde por el pueblo generoso y valiente de Santiago de Cuba, añadió.
Esta llama brilla, además, como tributo y compromiso con cada uno de los hombres y mujeres que ya no están entre nosotros, sin cuyo sacrificio no fuera posible la patria que hoy nos enorgullece, al Ché y a todos los que han ofrendado la vida en cumplimiento del deber internacionalista, expresó.
"Será tan eterna como esta Revolución por estar sustentada firmemente en la unidad de un pueblo que ha demostrado con creces su disposición a dar la vida por la patria y por sus ideales", planteó.
Raúl Castro subrayó que la actual generación de revolucionarios cubanos enciende esta llama como nueva muestra del compromiso sagrado con nuestros muertos, "ante quienes juramos, una vez más, que seremos fieles a su memoria y a su ejemplo".
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