La propuesta de reforma constitucional cuyo destino deben decidir los venezolanos el próximo 2 de diciembre busca potenciar el territorio nacional mediante el rescate de zonas olvidadas o excluidas.
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En sus distintas apariciones desde que entregó el proyecto a la Asamblea Nacional en agosto último, el presidente Hugo Chávez señaló que la solicitud de modificación constituye una ecuación de poder, donde la variable geográfica juega un papel importante.
Si se aprueba la reforma de la Carta Magna, los mandatarios nacionales podrán administrar los recursos que siempre debieron estar bajo control del Estado, manifestó Chávez durante una rueda de prensa celebrada en el Palacio de Miraflores el 13 de noviembre.
Ese mismo día precisó que la iniciativa intenta revertir la desmembración de los poderes, "porque la estrategia imperialista busca restar facultades a los gobiernos para debilitar al país, la economía y asegurar el control de sus recursos".
La división actual del territorio dificulta la articulación de planes de desarrollo, sentenció el mandatario, quien puso el ejemplo de un plan de desarrollo cafetalero frenado porque la mala estructuración administrativa lo subordina a distintas autoridades.
Para evitar lo anterior, incluyó en su propuesta original de 33 artículos, -luego ampliada a 69 por el pueblo y el Parlamento- una revisión de los acápites 11 y 16, referentes a la división territorial de Venezuela en base a una nueva geometría del poder.
Según Chávez, una revolución como la que intenta llevar a buen término su gobierno "no puede serlo sino se enfoca el problema geográfico de la distribución del poder político, económico, social militar de su espacio.
En los referidos artículos, Chávez propone retomar la idea de Caracas como distrito Federal, mantener la figura de los estados, territorios federales y agregar como elementos novedosos las regiones marítimas, municipios federales y distritos insulares.
Habla por primera vez de la soberanía sobre la zona económica exclusiva que, según los parámetros internacionales, corre las fronteras marítimas de Venezuela por el norte hasta Haití, República Dominicana, Puerto Rico y las Islas del Caribe Oriental.
Además, incluye el término comuna, y según define a la ciudad como unidad política primaria de la organización territorial, propone a la comuna como célula social del territorio, cuyos habitantes serán los encargados de transformar cada porción del país.
Chávez explicó en el programa La Hojilla, de Venezolana de Televisión, que para focalizar la atención sobre zonas con problemas, el Estado podrá, según la reforma, decretar territorios federales especiales, en cualquiera de las divisiones reconocidas por la ley.
El presidente podrá decretar Regiones Estratégicas de Defensa a fin de garantizar la soberanía, la seguridad y la defensa e, igualmente, autoridades especiales para actuar en situaciones de contingencia, desastres o cualquier otra que requiera la intervención gubernamental.
Cuando presentó su proyecto, Chávez reconoció que el artículo 16, por revolucionario, daría de que hablar, y acertó, pues la oposición al arremeter contra la reforma esgrimen ese acápite para intimidar a las personas.
Señalan que desdibujará la figura de los estados y provocará la desaparición del poder de los gobernadores para centralizar el país, a lo cual el gobierno responde que sólo busca despertar el territorio en consulta permanente con sus habitantes.
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