viernes, 19 de octubre de 2007

Poco entusiasmo por elecciones presidenciales en Argentina

A nueve días de las elecciones presidenciales en Argentina, la indiferencia domina hoy la campaña para esos comicios ante pronósticos de avasalladora victoria de la candidata del gobierno, la senadora Cristina Fernández.
Deciden habilitación candidatos a gobernación de Buenos Aires
Pese a que muchas paredes de la cosmopolita Buenos Aires afloran tapizadas con rostros de decenas de pretendientes al sillón de Rivadavia, los otrora frecuentes actos de apoyo en la calle al parecer se esfumaron de la agenda proselitista.
"Nadie ofrece algo diferente y por lo tanto nadie se arriesga a convocar a una concentración. Cristina es lo mejor que se proyecta en la política y tiene casi asegurada su entrada a la Casa Rosada", declaró a Prensa Latina la arquitecta Carla Scotto, de 45 años.
Para Scotto, los adversarios de la primera dama "están conscientes del favoritismo en todas las encuestas de la esposa de (Néstor) Kirchner y apuestan a una segunda ronda para poder derrotarla".
De igual forma, añadió la profesional, los argentinos están más preocupados por el desempeño de los Pumas (nombre de la selección nacional) en el Mundial del rugby en Francia, que de lo propuesto por un político.
Por lo visto, algunos candidatos presidenciales centralizaron su campaña en los momentos de transmisiones radiales y televisivas de los partidos de rugby o fútbol, y otros se lanzaron a la conquista de programas con determinada audiencia y sintonía.
Casi todos los sondeos revelan que Fernández ocupa el primer lugar en las preferencias de los electores con márgenes que oscilan entre el 45 y el 50 por ciento de los votos, resultados que representan 30 puntos de diferencia de su más cercano competidor: la socialcristiana Elisa Carrió.
Algunos analistas aseguran que el respaldo popular a la senadora está bien apuntalado por los cuatros años de mandato de Kirchner y los resultados de su gestión, en la que sobresale la consecutiva recuperación de la economía luego de la crisis de 2001.
De igual forma, influyó la disminución en las tasas de desempleo, pobreza e indigencia, así como la manera de enfocar la política exterior con marcado énfasis en la integración regional, así como la bien preparada instalación internacional de su esposa y posible jefe de Estado.
Otros comentaristas opinan que el poco entusiasmo corroe el panorama preelectoral por las controversias internas que desde hace tiempo afectan a los partidos políticos.
El propio Kirchner reconoce frecuentemente que las organizaciones políticas tradicionales han entrado en crisis, y en especial el peronismo y la Unión Cívica Radical, las dos hegemónicas de la política nacional.
La quiebra del peronismo se patentizó en las presidenciales de 2003, cuando hubo tres candidatos de esa tendencia, uno de los cuales, Kirchner, resultó elegido presidente luego del abandono, en segunda vuelta, del ex mandatario Carlos Menem, quien este año regresó nuevamente a la carrera hacia el poder.
En este escenario se percibe además una oposición débil y fragmentada que busca oxigenarse mediante las recurrentes fórmulas electorales que, según el analista Rosendo Fraga, "confirman la desarticulación del sistema tradicional de partidos" ante la evidente falta de liderazgos y propuestas.
Fraga explica que esta distorsión no ha dado lugar a futuras corrientes y es así como la elección de 2007 puede ser la bisagra hacia una nueva organización de la política, que podría percibirse en las presidenciales de 2011.

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