Evidencias aborígenes reportadas en este municipio de la provincia cubana de Pinar del Río arrojan hoy nuevas luces sobre la vida y costumbres de grupos precolombinos que habitaron la isla siglos atrás.
Percutores simples, martillos, majadores, lajas, piedras moledoras y un ejemplar de raspador forman parte del hallazgo, resultado de una prospección arqueológica realizada en la gruta "La Paila" de esta occidental localidad.
El espeleólogo Pedro Luis Hernández confirmó a Prensa Latina que en la pesquisa también se localizaron fragmentos de huesos humanos y remanentes dietarios faunísticos que formaban parte de la base alimentaria de los antiguos pobladores.
Se trata de un paradero típico de grupos pre-agroalfareros de tradición mesolítica, a juzgar por las manifestaciones de arte rupestre encontradas en las paredes de esa cavidad subterránea, indicó Hernández.
El lugar del descubrimiento está asentado en un mogote calizo de la formación Artemisa y es uno de los ocho sitios de este municipio, a 100 kilómetros al oeste de La Habana, donde se encontraron vestigios de comunidades aborígenes.
Según el experto, evidencias similares a las reportadas aquí datan de hasta seis mil años de antigüedad.
La exploración y reconocimiento de posibles asentamientos prehispánicos en el territorio de San Cristóbal está a cargo del grupo espeleológico local Sierra del Rosario.
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